Les comparto una historia personal acerca de como dejé de fumar y cuales fueron los motivos. Es curioso que cuando platico esta historia, mucho no me creen sobre todo los fumadores. Les dejo la nota, que la disfruten

Yo fumaba, no mucho, pero un día, vi un comercial de TV, donde una niña lloraba desconsolada y en la narración se escuchaba: "¿Qué harías para que tu hija dejará de llorar? ¿Le dejarías tener ese perro callejero? etc., varias preguntas similares, mientras tanto van alejando la cámara de la niña y se ve que la niña está tomada de la mano de su mamá y la mamá está llorando desconsolada y ambas están viendo a través de un cristal en un hospital y el papá/ esposo está en una cama con muchos aparatos conectados...está muriendo. Y el comercial cierra con la pregunta. ¿Pero dejarías de fumar?
Al instante me di cuenta de que me estaba matando y aún no tenía hijos, ni siquiera estaba casado. Ese día tiré la cajetilla de cigarros y no volví a fumar en lo absoluto.
No sé quién fue el creativo de ese comercial, pero a esa persona o personas, he de decirles que al menos en mi si funcionó y seguramente en muchas otras personas.
Yo dejé el cigarro de un “sopetón” nada de que uno al día o uno a la semana o nomás tantito. Dije: hasta aquí y así fue. He platicado a algunos fumadores esta historia y no me creen. Dicen que no es fácil dejar el cigarro. Claro que no es fácil, pero estaba en juego mi vida. Al ponerlo de ese modo, vale la pena el “sacrificio”. Si se puede y de “sopetón” Tengo testigos Edgar Peña me acompaño a comprar mi última cajetilla de cigarros, la cual como mencioné antes se fue a la basura. Como verán estaba lidiando con la decisión, a partir de ahí inició la batalla.

Ahora tengo 3 preciosas hijas y una bella esposa. ¡Que gran decisión tomé hace 17 años!

Nota: Este escrito lo escribí en Junio 01, 2016