NOTA: Si no has leído la 1a parte, te recomiendo lo hagas antes de seguír. Mi experiencia en el Tecnológico de Chihuahua (Parte 1 de 2)

Yo había presentado mi examen de admisión y estaba seguro pasaría, más sin embargo, no aparecí en las listas de “aceptados”.

Acudí a la Universidad a eso de las 8 de la mañana buscaba a cierta persona bajo la recomendación del papá de un amigo, una vez en los pasillos de la Universidad  miré a una mujer de lentes grandotes y con facha de carácter recio, pensé: «ésta mujer debe de ser importante» y le pregunté: disculpe, mi nombre es “fulano” (le debió importar un comino) y tengo deseos de entrar a la Universidad, realicé mi examen y quiero solicitar una revisión del mismo, ya que no aparecí en las listas de aceptados, y ando buscando a...... AHHH!!! me dice sin terminar yo mi frase – Claro que sí, espéreme aquí regreso en 1 minuto.

Esperé más de 1 hora y volvió, me levanté de inmediato y pregunté de nuevo y me dijo lo mismo.

Llegó la hora de la comida y salió con bolsa y maletín, me acerqué de nuevo y me dice: «Déjeme copia de su ficha (número asignado cuando haces examen de admisión), y yo le llamó, váyase a comer y espere mi llamada» , no sé cómo pensaba llamarme, ya que yo no contaba con teléfono en mi apartamento, ni mucho menos celular.

A las 3 de la tarde volvió y ahí estaba yo sentado en la banca afuera de su oficina, y me comentó….-ahh usted, ¿ya comió? no, le contesté, para comer tendré oportunidad después, para obtener mi lugar en la Universidad no hay muchas oportunidades.

Después de esperar 11 horas, a las 7 de la tarde sale y me dice – acompáñeme, vamos con una persona que tal vez le ayude .

Entré a una oficina y estaba ahí un señor muy bien vestido, un traje muy bien planchado y de fina tela, perfectamente afeitado, y proyectaba un aire de educación y letrado.

Me llamó por mi nombre (me extrañó bastante) y me dice –Adrián, dime porque mereces un lugar en la Universidad. Le contesté: «La verdad creo que he perdido mi tiempo, tengo la edad de un graduado, me equivoqué de vocación, perdí la fe en mí mismo y este es el momento de recuperar lo que soy y seré, solo busco la oportunidad de hacerlo y no pienso perder 1 minuto más de mi vida»

El señor bien vestido, tomó un bolígrafo algo anotó en su agenda (supongo mi número de ficha) y me contestó –Bienvenido Adrián, inscríbase mañana su nombre aparecerá en la lista de alumnos-. Buena suerte y espero verlo pronto, Mi nombre es “fulano” Director de la Facultad.

Después tuve conocimiento, que la mujer de lentes Grandotes, se trataba de una maestra muy influyente, educada y respetada por la comunidad universitaria.

A partir de ese momento, no perdí detalle de lo que a mi alrededor pasaba, sucedió algo impresionante, un cambio empezó a darse en mi vida, hacia mis adentros, mi primer día de clases fue en el salón número 11 y fue la materia de Matemáticas, llegué tarde 10 minutos…esa vez fue la última vez que llegué tarde a una clase en 5 años de escuela, 10 semestres y más de 55 materias.